(EFE).- Brasil se ocupa, desde este lunes, de la custodia de las sedes diplomáticas de Perú en Venezuela, después de que el pasado jueves ya asumiera la de Argentina, así como de la representación de sus intereses y ciudadanos en el país caribeño, tras la expulsión de los miembros de ambas legaciones, de acuerdo con el Gobierno venezolano.
En un comunicado, el Ejecutivo de Nicolás Maduro informó de un acuerdo con Brasil para que “la custodia de los locales de las misiones diplomáticas” de esos países, incluidos “sus bienes y archivos, así como la representación de sus intereses y de sus nacionales en territorio venezolano” sean asumidos, a partir del 5 de agosto, por la Embajada brasileña en Caracas.
Esto, agregó Caracas, se gestiona “de conformidad con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963”.
El Gobierno de Maduro, que no explica las razones por las que Brasil asume esas responsabilidades, emite este comunicado una semana después de haber exigido a Argentina y Perú, así como a Chile, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Uruguay, el retiro “inmediato” de sus representantes en Venezuela, en rechazo a sus “injerencistas” declaraciones sobre las presidenciales del 28 de julio.
Posteriormente, el país caribeño rompió relaciones con Perú, al considerar que “desconocen la voluntad” del pueblo venezolano, luego de que la nación andina decidiera reconocer al candidato del antichavismo mayoritario, Edmundo González Urrutia, como presidente electo, pese a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) del país caribeño declaró ganador al mandatario Nicolás Maduro.
Brasil asume también la custodia de los seis antichavistas vinculados a la Plataforma Unitaria Democrática -la principal coalición opositora- que se encuentran refugiados, desde marzo pasado, en la residencia oficial de la Embajada argentina en Caracas, donde el jueves se izó la bandera brasileña.
El Ejecutivo argentino tampoco reconoció el triunfo de Maduro y sí a González Urrutia como “legítimo ganador y presidente electo”, según un mensaje publicado en X por la canciller Diana Mondino.