El estacionamiento de la sede de NVIDIA en California ha cambiado en los últimos meses: los autos habituales han sido remplazados por Porsche, Corvette y Lamborghini. El motivo de este fenómeno es que los empleados han aumentado sus ingresos gracias a una estrategia de la compañía para que se conviertan en accionistas.
Desde 2019, las acciones de la empresa han experimentado una revalorización del 3.776%, impulsada por su dominio en el mercado de los chips para inteligencia artificial. Este incremento ha generado una oleada de nuevos millonarios entre los empleados, gracias a un plan de compra de acciones que se ha convertido en una oportunidad única para aquellos que han sabido aprovecharla.
El éxito financiero de muchos empleados de NVIDIA no es fruto del azar, sino de la implementación estratégica de un Plan de Compra de Acciones para Empleados (ESPP, por sus siglas en inglés). Este programa permite a los trabajadores destinar entre el 10% y el 15% de su salario anual a la compra de acciones de la compañía, con condiciones ventajosas.
Desde su implementación hace 18 años, el ESPP ha permitido a los empleados acumular un considerable número de acciones a lo largo del tiempo.
Los veteranos que han participado en este plan durante años han visto cómo su inversión inicial se ha multiplicado de manera exponencial. Algunos, ahora, tienen la capacidad de ir a trabajar en vehículos de lujo en lugar de tomar el autobús.
Según una encuesta realizada en la plataforma Blind, en la que participaron más de 3.000 de los 30.000 empleados de NVIDIA, el 76% de ellos son ahora millonarios, y uno de cada tres posee un patrimonio neto superior a los 20 millones de dólares.
No todo es lujo y bienestar para los empleados de NVIDIA. El espectacular éxito de la empresa ha traído consigo una cultura laboral extremadamente exigente. Según revelaron empleados y exempleados en declaraciones a Bloomberg, la presión en el entorno de trabajo es constante, lo que ha llevado a muchos a describirlo como una “olla a presión”.
El fundador y CEO de NVIDIA, Jensen Huang, es conocido por establecer altas expectativas para sus empleados, promoviendo una cultura de trabajo que muchos califican de agotadora. Huang ha dicho públicamente que prefiere “torturar a los empleados para que alcancen la grandeza” en lugar de despedirlos, como han hecho otras empresas del sector.
Esta filosofía de trabajo se traduce en largas jornadas que pueden extenderse hasta la madrugada, e incluso fines de semana, con reuniones diarias que pueden llegar a ser hasta siete por jornada.
Uno de los empleados, que trabajó en soporte técnico para clientes empresariales, reveló que se esperaba que trabajara los siete días de la semana, a menudo hasta la 1 o 2 de la madrugada. Describió el ambiente como altamente estresante, con reuniones donde las discusiones acaloradas y los gritos eran habituales.