En un memorándum dirigido a empleados y concesionarios en EE. UU. el 3 de octubre, Toyota indicó que ya no apoyará eventos culturales, como desfiles del Orgullo, que no estén relacionados con la educación en STEM y la preparación laboral.
Además, la compañía reorientará sus grupos de empleados, conocidos como Toyota Business Partnering Groups, para enfocarse en el desarrollo profesional y la creación de redes que beneficien directamente al negocio.
Los ejecutivos de Toyota afirmaron: “Continuaremos reduciendo nuestras actividades comunitarias para alinearlas con la educación STEM y la preparación laboral”, destacando que dejarán de patrocinar festivales y desfiles no vinculados a estas áreas.
Asimismo, Toyota se comprometió a finalizar su participación en encuestas de cultura de terceros, como el Índice de Igualdad Corporativa de la Human Rights Campaign, donde anteriormente había obtenido calificaciones perfectas por sus iniciativas DEI.
Estos cambios fueron impulsados por una campaña del activista anti-DEI Robby Starbuck, quien había criticado las políticas “woke” de Toyota, incluyendo la celebración de eventos LGBT y la formación DEI.
Starbuck elogió la decisión de Toyota y sugirió que adoptar una postura neutral sería beneficioso para el futuro empresarial.A pesar de estos ajustes, Toyota había mantenido un fuerte compromiso con las iniciativas DEI hasta ahora.
Su plan de sostenibilidad más reciente incluye objetivos específicos para aumentar la diversidad en su plantilla y mejorar la representación femenina en puestos directivos para 2030.
La Human Rights Campaign ha criticado esta tendencia de retirada corporativa de las políticas DEI, advirtiendo sobre posibles repercusiones negativas tanto para el éxito empresarial como para la atracción de talentos diversos.