Redacción (ALN).- El traslado de más de 200 migrantes venezolanos que residían en Estados Unidos a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, bajo acusaciones de estar vinculados a la banda transnacional Tren de Aragua, hizo saltar las alarmas tanto en Venezuela como en el país del norte, donde un tribunal intentó, sin éxito, detener el procedimiento.
La organización Provea señaló al presidente republicano, Donald Trump, de intensificar sus “ataques contra los (migrantes) venezolanos” después de este traslado “sin garantizar el debido proceso” judicial.
“No se trata del principio de no devolución, ya que no son enviados a Venezuela de donde estas personas huyeron. Pero, son trasladados a un destino donde sus derechos no están protegidos, donde quedan aislados de sus familiares y donde dependen de lo que el Estado salvadoreño decida informar, si es que lo hace”, dijo Provea en un comunicado que difundió en sus redes sociales.
Con este panorama se pone el foco en tres aspectos que resaltan en la operación:
1- Una ley muy vieja para deportar a los migrantes venezolanos
Para acelerar las deportaciones Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros, una herramienta legal que data de 1798 y que no se usaba desde la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos la usó para detener a ciudadanos de origen japonés en suelo estadounidense, en uno de los episodios más oscuros de racismo contemporáneo en el continente americano.
La referida ley sirvió de base para que Trump enviara a 238 migrantes venezolanos –se acusa a todos de pertenecer al Tren de Aragua– a El Salvador, cuyo gobierno los recluyó en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde ya están miles de supuestos pandilleros de ese país.
Al hacerse pública la noticia el juez federal James Boasberg bloqueó la aplicación de la ley por 14 días, pero la administración Trump desafió a la justicia y envió el avión a El Salvador.
Este lunes, 17 de marzo, Estados Unidos dijo que el avión ya estaba en el aire cuando supo de la decisión del juez Boasberg y se mostró seguro de que los venezolanos, a quienes Trump calificó de “monstruos”, pertenecen al Tren de Aragua.
2- Venezuela protesta
El traslado de los migrantes venezolanos produjo críticas y pronunciamientos en Venezuela, donde migraron más de siete millones de personas en los últimos años.
“¿Sobre qué delitos están siendo juzgados? ¿En qué tiempo fueron procesados? ¿Cuáles son las pruebas? ¿Qué derecho a la defensa se les garantiza? Estas deportaciones ignoran principios básicos del debido proceso y la defensa legal”, dijo Provea en su comunicado.
La ONG recordó a Estados Unidos que los “migrantes y refugiados tienen derechos” y pidió a la administración Trump “solidarizarse con el respeto a la voluntad popular en Venezuela”, en lugar de enviar a los venezolanos «a un sistema carcelario sin garantías».
Incluso el gobierno de Nicolás Maduro, que en el pasado llegó a calificar a los venezolanos en Estados Unidos de “limpia poceta”, salió en defensa de estas 238 personas.
“No son terroristas, no son criminales ni ‘enemigos extranjeros’. Son víctimas”, dijo el chavismo, que gobierna en Venezuela desde 1999 y al que la oposición acusa de ser el causante de la crisis que desembocó en la masiva migración de venezolanos, tras apuntar a Trump por criminalizar “de forma infame e injusta” a los migrantes.
3- Estados Unidos paga a El Salvador
En medio de la polémica, Estados Unidos reconoció que paga a El Salvador para que albergue a los migrantes venezolanos.
De acuerdo con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, el monto es bajo y permite al país del norte ahorrar dinero de los contribuyentes.
Entretanto, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, dijo que el traslado se produjo después de que ofreciera a Estados Unidos mantener a los supuestos miembros del Tren de Aragua en su cárcel de máxima seguridad por un «precio justo». No aclaró la cantidad de dinero que recibe por apresar a los supuestos miembros del Tren de Aragua.
Bukele reveló que el acuerdo establece que los migrantes venezolanos permanezcan en el Cecot por un año prorrogable.
Con la operación, dijo Rubio, Bukele demostró “que no solo es el líder de seguridad más fuerte de nuestra región, sino también un gran amigo de Estados Unidos”.
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