Wilmer Ruperti, conocido empresario naviero y multimillonario venezolano, ha sido un aliado fundamental de la revolución bolivariana desde los tiempos de Hugo Chávez y luego bajo el mando de Nicolás Maduro. Sin embargo, en una sorpresiva vuelta del destino, Ruperti se encuentra actualmente en fuga, siendo un fugitivo del mismo sistema que contribuyó a sostener durante años, esta información está circulado en redes sociales.
#Venezuela | Wilmer Ruperti en fuga, la dictadura le detectó negocios no autorizados con crudo y buques venezolanos.
— Raymond K. Azar الله (@AzarMaidana) September 5, 2024
En este momento Ruperti es fugitivo del sistema que el mismo mantuvo en poder.
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Fuentes cercanas al entorno político venezolano señalan que el régimen de Maduro ha detectado que Ruperti llevaba a cabo negocios no autorizados con crudo y buques venezolanos en diversas partes del mundo, lo que ha desencadenado una persecución en su contra. Esta situación ha puesto a Ruperti en la mira de las autoridades, ahora como una persona que amenaza los intereses del régimen.
Ruperti, conocido por su fortuna amasada en el negocio naviero, ha jugado un rol crucial como financiador de la revolución bolivariana. En 2016, se hizo célebre por cubrir los gastos legales de los llamados “narcosobrinos”, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, sobrinos de Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro, quienes fueron condenados en Estados Unidos por tráfico de drogas. Este acto de lealtad y apoyo al círculo más íntimo del poder en Venezuela le ganó reconocimiento como uno de los aliados más cercanos del régimen.
No obstante, la actual situación parece reflejar una ruptura de confianza entre Ruperti y el gobierno venezolano. La presunta acusación de mantener negocios con crudo y buques fuera del control del Estado venezolano ha hecho que se active una orden de búsqueda y captura en su contra, convirtiéndolo en un hombre en fuga.
Alex Del Nogal, conocido en los círculos de negocios como un socio cercano de Wilmer Ruperti, Del Nogal, quien durante años se mantuvo en un segundo plano detrás de Ruperti, ha sido señalado como pieza clave en una red de corrupción vinculada a la venta ilegal de petróleo. Según las investigaciones, ambos empresarios habrían aprovechado sus contactos en el gobierno para negociar contratos altamente lucrativos a cambio de sobornos millonarios, y no conforme con estos negocios sucios, traicionaron al régimen chavista que los privilegio por más de dos décadas, llevando una vida de lujos.
Las actividades de Del Nogal llamaron la atención de las autoridades después de que varios documentos filtrados revelaran transacciones financieras sospechosas y acuerdos no transparentes con entidades extranjeras. Estos documentos apuntan a la existencia de contratos irregulares para la exportación de petróleo venezolano a precios muy por debajo del mercado, en los cuales Del Nogal habría fungido como intermediario.
Este giro inesperado en su historia subraya la volatilidad de las relaciones internas del régimen de Maduro, donde los aliados de hoy pueden convertirse rápidamente en los enemigos de mañana. La fuga de Ruperti representa un capítulo más en la creciente crisis interna de un gobierno asediado por el desgaste económico, político y social.
