Amigos que ya no hablan de política para evitar problemas. Muertos diarios en distintos rincones de México. Opciones sin líderes carismáticos. Y el crimen organizado como telón de fondo en muchos puntos del país.
El Político
México se prepara para elegir por primera vez en su historia a una mujer para ocupar la presidencia, ya que el único hombre en la contienda va en un muy lejano tercer lugar. Pero lo que moverá a la gran mayoría de los mexicanos no son las propuestas, a veces difusas, de la candidata oficialista Claudia Sheinbaum o de la opositora Xóchitl Gálvez, sino el deseo de continuar o de romper con el legado del actual presidente.
“Es más que una elección, es un referéndum”, reconoció el propio Andrés Manuel López Obrador. “Es elegir el proyecto de nación que queremos”.
México es hoy un país con más programas sociales, pensión universal y mejores salarios mínimos, pero también un país más militarizado, donde no se ha podido controlar la violencia, ni el avance de los cárteles, ni la impunidad y donde la figura del presidente ha divido a la sociedad: o se está con él o contra él.
“Con mis compañeros, para no perder la amistad, decidimos no hablar de política porque hace seis años empezamos a discutir y ya había ataques personales”, dijo la doctora Soledad Echagoyen, simpatizante de Morena, el partido creado por López Obrador hace una década.
“Hay demasiado odio”, afirmó Luis Ávalos, un joven de 21 años que dice no haber decidido su voto y que se queja de cómo algunos amigos le tacharon de “traidor a la patria” por no alinearse con el presidente.
Para otro sector de la población, la forma de hacer política del mandatario —y por tanto de Morena— es antidemocrática por sus intentos de dilapidar organismos autónomos creados para que funcionaran como equilibrios de poder, por su tono centralista, nacionalista y sus intentos de consagrar todas sus políticas en la Constitución.
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